La literatura no existe para reflejar nada, ni para proponer o fijar compromisos ideológicos. Claro que esos desempeños están ahí, al alcance de la mano, pero son o deberían ser consecuencias, emanaciones, o secuelas filantrópicas (por así llamarlas) del ejercicio de la literatura, y no causas, ni orígenes, ni principios. La literatura es, pelea contra la insuficiencia del lenguaje, fabrica algo, añade realidad a lo real aunque, al cabo, dependa de lo real. Para seguir leyendo…
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