Muy elegante y cortés, atractivo, de educación exquisita, maneras refinadas y amplia cultura; la antítesis de la imagen tópica de un gran maestro del ajedrez. Así era José Raúl Capablanca y Graupera, un genio con mayúsculas, cuyo corazón se paró el 8 de marzo de 1942, a los 54 años. Pero sus obras de arte en forma de partidas son inmortales. Además, la biografía del mítico cubano sirve de percha para debatir asuntos que hoy siguen siendo polémicos. Para seguir leyendo…
Responder