Alfredo Triff: Changuito ha muerto

Autores | Música | 9 de junio de 2025
©Changuito / RRSS

Amigo muy querido de mi juventud. Nos presentó en 1972 Jesús Linares, violinista de los Van Van. Hubo química inmediata. Y es que la percusión ancestral y el violín, son hermanos de trochas. Nos veíamos a menudo. Él: «Alfredito, hagamos algo juntos». Yo: «Changuito hay que hacer algo». Por fin llegó el día.

Changuito era stravinskiano. Estaba enamorado de la Consagración de la primavera.

Decidimos escuchar la pieza como se debe, en un buen tocadiscos. Nos citamos en casa de Luis Escobar (amigo de ambos, miembro de la orquesta de Barbarito Diez) a oír la versión de Leonard Bernstein con la Sinfónica de New York. La esposa de Luis, atenta, sirvió aderezos. Al comienzo de la danza sagrada saltó Changuito con los ojos salidos de las órbitas: «Alfredito, ahí hay Ñongo. ¡Ese ruso es hijo de Changó!».

¿Una foto musical? Changuito haciendo clave de guaguancó en la palma de la mano a la Consagración de la primavera de Stravinski:

— Eso lo podemos hacer tú y yo.

— Sí, dije. Toma y daca. Abrimos casi improvisando el tema bien lírico (dooo si sol mi si la) entre armónicos y efectos en los platillos.

— Los dos juntos con en la entrada de la orquesta da-dan-dan-dan.

— La sección rítmica del 9/8, 4/8, 5/8 nos la repartimos… las escalas vertiginosas entre clarinete y pícolo… y la danza de adolescentes, hasta llegar a la transición del tutti.

— Haces trinos en el violín y te apoyo con el hi-hats.

— Sí, como si resaltaras el tema; el violín superpone el corno (la-fa-sib-fa-la-fa sib-fa) con la respuesta de fagotes y violines.

— ¡Ahí entra el cencerro! Haz el arreglo —dijo.

Alea jacta est.

¿Y la música? Hacía falta la partitura. Hablé con Félix Guerrero, mi profesor de orquestación. «¿Parte de orquesta? Imposible. Creo que hay una reducción para piano», dijo. Se dio una casualidad: Rolando Gómez, musicalizador del ICR y profesor de armonía del Conservatorio Ignacio Cervantes, tenía la reducción a cuatro manos hecha por el propio «hijo ruso de Changó». De Rolando aprendí que La consagración había sido concebida como un concierto para piano y orquesta. Fui a recoger la música a su casa en Cojímar. Me la entregó ceremoniosamente: «Alfredo, cuídame esto que es oro molido».

Manos a la obra: escribí, borré, transcribí, arreglé. Había que combinar lo lírico / melódico y lo salvaje / rítmico.

Changuito y yo ensayamos un par de veces en la Sinagoga del Vedado (después de los Van Van; ellos salían y entrábamos nosotros). Y también otras veces en mi cuarto de 17, violín y practice pad. Estábamos listos.

Pedí a Rolando que nos permitiera una sesión clandestina en un estudio del ICR. «Eso va, seguro». Es así como hicimos un ensayo final en el estudio y grabamos dos tomas. Ojo: Changuito llevó su propio cencerro «dedicado». Inolvidable la exclamación de alegría y sorpresa musicales de Rolando: ¡Ñoooooo, Stravinski con cencerro!

¿Y qué haríamos con esto?

Rolando prometió hacernos copias para casete. Me contó que había mostrado orgulloso la grabación a su clase de armonía, y hasta al propio Somavilla (afamado arreglista y director de orquesta).

La idea del concierto era: 1. Abriríamos con dos solos cada uno. 2. Siboney de Lecuona con variaciones de violín y respuesta de congas. 3. Melodías de la religión (arreglo de Chanquito). 4. Concluiríamos con nuestra Consagración de Stravinski.

Pero llegó una gira de Van Van; Changuito desapareció. Siguieron la vida y los asuntos. Nos veíamos incidentalmente. Primero: «Oye, eso va»; después «tenemos que tocar eso» o «yo paso por tu casa o tú por la mía».

Llegó el Mariel y no supe más de Changuito.

Hasta que por los años 2000 compartimos en el Blue Note de Tokyo, con la banda de Kip Hanrahan (Changuito ya no tocaba con Van Van y se la tenía guardada a Formell).

Una noche entre acto y acto le pregunté sobre el origen del songo.

— Coño, Alfredito. ¿Tú también? Hasta eso me han querido robar.

— Cuéntame. ¿Y Linares?

— Linares, Leyva, Gerardo… todos nos quedamos sin trabajo.

Nos despedimos con un abrazo en el aeropuerto; envié cariños a mi querido Linares.

DEP, hermano.

©Performance de Changuito con la Kip Hanrahan’s Band en el Blue Note de Tokio, circa 2000 (violín: Alfredo Triff).