Aglutinador: Mi mundo es = al mundo / Camila Lobón & Rubén Cruces [Curaduría: Sandra Ceballos]

Mi mundo es = al mundo, es un programa de exhibiciones para Instagram y otras plataformas online.
Con este programa pretendo mantener los parlamentos democráticos con respecto al Arte que se ejecutaron en el Espacio Aglutinador durante más de una década: una palestra abierta a promover obras de artistas de varias nacionalidades, género, filiaciones políticas (excepto los que apoyan a las dictaduras sanguinarias), religiones y mucho menos sin tener en cuenta al momento de la selección, biografías o currículums.
He titulado el programa Mi mundo es = al mundo, porque los artistas en general aunque se expresen de manera abstracta o metafórica mediante gestos, diseños u otras determinadas expresiones, están realizando introspección subconsciente y un individuo que se expone, mediante esta particular semiología, estará hablándose a sí mismo de la esencia humana y por tanto de una multitud situada dentro de cualquier latitud del planeta.
Sandra Ceballos
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Camila Lobón:
«Estas obras son comentarios, metáforas reflexivas, sobre ese estado de psicosis política que implica ser cubano. Los dibujos pertenecen a distintas series que ilustran desde juegos semánticos y visuales los traumas del totalitarismo, del exilio, de ese permanente sentido de zozobra o fracaso que vive el sujeto a merced del poder. Son catarsis que, a manera de terapia o confesión, expían el drama existencial que produce la gran tragedia nacional».
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Rubén Cruces:
«Figuras descompuestas, cuerpos mutados, condenados por las ideologías dominantes.
Trazos violentos y una estética al borde entre el pulp y el expresionismo: aquí, los cuerpos no se convierten en héroes, mártires ni símbolos. Son materia en degradación, en tránsito hacia la ruina humana —carne que ya no sostiene ningún relato.
Lo que se despliega es un acto de iconoclasia gráfica. Las formas legibles de los mitos religiosos, políticos y del cuerpo glorificado por los ideales se desarman para revelar su reverso: dolor sin redención, sombra sin figura, ídolos carcomidos que ya no inspiran fe, sino sospecha.
El vómito negro, la sombra deforme, el cuerpo retorcido: todo opera como una violenta evacuación del símbolo, una negación activa de la narrativa del sufrimiento como mecanismo de control.
Esta muestra es una colección de fracturas y repeticiones agónicas. Una contra-épica desde la carne, donde el mito se desploma y ya no queda más que ruido, espasmo, resistencia».
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