Beatriz Gago: Diálogos Sandu Darie-Gyula Kosice (1949-1958) / Epistolario

“A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar”.
Franz Kafka
En agosto de 1946, con el auspicio del Instituto Francés de Estudios Superiores, la galería Van Riel inauguró en Buenos Aires la primera exposición de Arte Madí –recién constituido como movimiento– con obras de Arden Quin, Gyula Kosice, Valdo Wellington, Rhod Rothfuss, Diyi Laañ, Martín Blaszko, Esteban Eitler, Raymundo Rasas Pet y Alejandro Havas, entre otros. El nombre Madí era un acrónimo de los términos «Movimiento, Abstracción, Dimensión e Invención». En su manifiesto[1], leído para esa ocasión, el movimiento Madí se alzaba contra todo el arte del pasado; proclamaba “el deseo fijo, absorbente, del hombre de inventar y construir objetos dentro de los valores absolutos de lo eterno”.
Tres años después, en 1949, el artista rumano naturalizado cubano Sandu Darie, hacía su primera exposición personal, Composiciones, en el Lyceum habanero, que se trasladaría ese mismo año bajo el título Sandu Darie a Carlebach Gallery, New York. Estas primeras abstracciones intentaban representar, según las propias palabras del artista, la “estructura de un mundo no objetivo de carácter lírico”.
Resulta muy seguro afirmar que Darie oyó hablar del movimiento de Arte Madí, por primera vez, durante esa estancia suya en New York y que hizo contacto con ellos a su regreso a La Habana, a finales de 1949.
Una comunicación firmada el veintiséis de noviembre de 1949 sugiere que es Darie quien da el primer paso epistolar, de regreso de su exposición en Nueva York, donde uno de los pioneros del arte abstracto radicado en esa capital cultural, el artista de origen griego Jean Xceron, le mencionó por primera vez la importancia del movimiento madinemsor y la existencia de la revista Arte Madí, recomendándole acercarse a ellos.
La correspondencia histórica que se establece entre Sandu Darie y Gyula Kosice, conservada por el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, es un material de estudio fundamental para comprender la influencia de las ideas Madí en la radicalización conceptual y formal de las propuestas del artista rumano-cubano.
Esta breve reseña tendrá como objetivo acercarnos a ese punto de inflexión histórico, que explica la ruptura progresiva de Darie con toda su atadura formal anterior, o con toda tendencia estética establecida dentro de la isla. La influencia temprana de los madistas llegaría a convertirlo en un artista de muy difícil clasificación, que se movió a voluntad entre el arte concreto, el cinetismo, el cine experimental y la obra volcada en el espacio público.
En el manifiesto Madí, firmado en Buenos Aires en 1946, habían quedado definidas las características que marcaban diferencias entre su estética y el arte concreto[2]: la organización de elementos y temas propios; la ordenación dinámica móvil; lo lúdico como valor absoluto; la pertinencia de superficies curvilíneas y esculturas articuladas; el uso de planos, los ambientes y formas móviles, desplazables.
La ruptura con las reglas convencionales de la pintura ‒no solo en bidimensionalidad y color sino en las propiedades de las superficies y en el uso de marcos irregulares convertirían a estos elementos en una zona más del relato, en rebelión.
Madí quiso ir hacia un arte sin restricciones formales, hacia la obra total.
El epistolario entre Gyula Kosice y Sandu Darie demuestra, de manera indudable, la influencia determinante de Madí sobre la investigación estética de Sandu Darie en ese periodo temprano.[3]
Más que un intercambio cordial entre colegas, la fructífera relación de trabajo que se estableció determinaría, en última instancia, la radicalización de la obra de Darie con el desarrollo de estructuras articuladas que transitaron rápidamente hacia un arte cinético y la posterior relación del rumano-cubano con un arte pensado para servir a escala social.
Esta primera misiva es una presentación formal de Darie a la revista Arte Madí, con una declaración de intención por conocer más del movimiento madinemsor:
“En ocasión de mi exposición en New York y debido a la amabilidad del señor Jean Xceron, famoso pintor no-objetivo, he conocido el movimiento madinemsor, admirando la actividad de ustedes a través de la revista Arte Madí Universal. Discutí con el señor Jean Xceron el interés que podría tener el movimiento de ustedes y la importancia que podría tener para la pintura en general y le prometí escribirles”.
El escultor, teórico y poeta eslovaco-argentino Gyula Kosice devuelve al artista, pocos días más tarde (8 de diciembre de 1949), una respuesta rotunda, una exhortación en toda regla:
“En verdad nuestro deseo es estar en contacto con todos los plásticos no figurativos. A tal efecto hemos hecho un llamamiento para que se realice un Primer Congreso Internacional de Arte no representativo, que ya cuenta con el apoyo de grupos franceses, suizos, italianos, suecos, etc., y en esta parte de América con madistas de Chile, Uruguay y Argentina. Díganos su pensamiento con respecto a este punto y si en Cuba hay un núcleo de plásticos que batallan con los mismos propósitos generales que usted y nosotros”.
En su comunicación del 13 de enero de 1950 la valoración que de su propio contexto hace Darie parece, a primera vista, descorazonadora:
“A la pregunta suya si hay en Cuba un grupo de plásticos que batallen con los mismos propósitos generales, le diré que no existe”.
Los madinemsores se esmeran en abrazar al nuevo colaborador y en el número 3 de la Revista Arte Madí (Sección AQUÍ MADÍ)[4] incluyen una breve mención a la exposición de Sandu Darie en Carlebach Gallery, New York.
Resultó, sin embargo, un paso apresurado. Las obras de Darie expuestas en Carlebach Gallery en 1949 tenían escasa relación estética o de propósito con las propuestas Madí, y aunque en el archivo de la correspondencia no es posible rastrear ninguna opinión desalentadora del grupo de los madinemsores sobre las piezas que integraban la serie Composiciones, sí encontramos, dentro de este intercambio epistolar temprano, una respuesta de Darie que constituye una pista valiosa sobre la reacción del grupo. Con fecha 28 de agosto de 1950 Darie escribe:
“Querido amigo Kosice, muy agradecido por su última carta. La reproducción fotográfica que le había enviado anteriormente era parte de mis trabajos expuestos en New York, representaba manifestaciones líricas, improvisaciones y angustias de otros tiempos.
Las apreciaciones de ustedes en cuanto a mis cartas anteriores y a dichos trabajos estaban justificadas. La falta de concordancia entre las ideas expuestas y la ilustración ha ocurrido porque soy de los pintores los cuales no tienen el material fotográfico al día.
En la fotografía que le envío ahora verán ustedes tres de mis trabajos (óleos) titulados generalmente Estructuras pictóricas (…).
Notarán ustedes fácilmente cuales son mis intenciones plásticas”.
Con gran profesionalidad, Darie abre así ante sus interlocutores la posibilidad del debate y la crítica como premisa indispensable de trabajo grupal:
“(…) no existe ninguna susceptibilidad molestada, además de que siempre trato de estar sobre esas cosas, considerando la sinceridad como base de discusión”.
Un año después, en el número 4, de octubre de 1950, es palpable que los editores de Arte Madí han hecho grandes progresos en su plan de universalizar un arte no objetivo. Y allí, entre presentaciones de obras de artistas, poesía y música incluidos en ese número, se reseña ampliamente la exposición Estructuras Pictóricas de Darie, efectuada en el Lyceum habanero. Se incluyen vistas de la sala y las palabras del propio artista.
Los contenidos preservados en el epistolario entre Darie y Kosice durante esa etapa, muestran el nacimiento de una relación de confluencia intelectual entre creadores de un arte que aspiraba a romper convenciones, moldes, funciones históricamente establecidas, pero sobre todo fronteras geográficas, hacia una expresión universal y autónoma para el arte.
En el No. 5 de Arte Madí Sandu Darie –quien ha sido animado por Kosice, en misiva datada en mayo de 1951, a publicar un artículo en la revista‒ hace su colaboración más importante como pensador dentro del movimiento. En un artículo titulado “Pensamiento Madista” Darie afirma sobre los procesos creativos y éticos del grupo:
“Pintores que llegaron a un grado de elevada cultura, enamorados de la búsqueda sutil, de la belleza definitivamente matemática, de los ideales constructivistas, es decir éticos, de acción progresista (…)”[5].
Kosice responderá personalmente a esta entrega de Darie:
“Su artículo es el fruto excepcional de una mentalidad lúcida, de una avasalladora sensibilidad poética, y ¿por qué no?… ya revolucionaria”[6].
Otro momento importante de esta correspondencia es la reacción de Kosice como respuesta al envío de Sandu Darie del primero número de la revista cubana Noticias de Arte, de la cual Darie es uno de los editores. Kosice, en carta sin fecha (circa 1952) responde con genuino entusiasmo:
“Noticias de Arte, que nos envía adjunta, nos parece una revista de todo punto de vista trascendente, sobre todo para la formación y orientación de la gente joven ávida de ver potenciada su época y su arte, sobre todo en Latinoamérica, en que son contadas las revistas que funcionan esencialmente en ese sentido.
Si a usted le parece y siendo uno de los editores, me gustaría pertenecer a la lista de colaboradores: enviaré entonces, en la medida en que lo requieran, material para la revista –ensayos, pinturas, poemas, esculturas- y también irán trabajos de mis compañeros madís (sic) que recibieron jubilosamente el No. 1”.
En 1955 Sandu Darie y Luis Martínez Pedro se implican en la realización de una exposición bipersonal de arte concreto en la Universidad de La Habana, que históricamente ha sido considerada la primera muestra de arte concreto en Cuba.[7] Las estructuras transformables presentadas en esa ocasión por Darie deslumbran a Kosice, quien al ver las imágenes escribe de vuelta:
“Recibo con verdadero júbilo su carta, las fotos, los recortes. Es, a no dudarlo, la mejor exposición realizada en Cuba por dos de sus más acendrados e inteligentes pintores. En nombre mío y de todos los artistas Madí lleguen a usted y a Martínez Pedro la adhesión sin reservas de nuestro movimiento”.
En otro fragmento, e intentando convencerle de que, específicamente en el caso de Darie, se había “rebasado” lo concreto Kosice le dice:
“[…] una vez superado el ‘cuadro’, la tela y la pintura de caballete, las obras entran a funcionar en el objeto totalmente inventado, es decir Madí”.
Y con vistas a la exposición del grupo en la Galería Bonino de Buenos Aires, le insiste para que envíe estas obras. En carta fechada el 1ro de agosto de 1955 le dice:
“[…] aguardamos con cierta premura su ‘construcción transformable‘. ¡Si pueden ser dos mejor! El objeto es el de presentar al público de Buenos Aires sus trabajos. Ya vendrá, como Ud. lo señala, el juicio crítico sobre la convergencia estética de un determinado grupo de artistas, que salvando latitudes definen en un estilo. En una universalidad”.
Meses después, en 1956, las estructuras de Darie son reproducidas en el catálogo a la exposición de Arte Madí Internacional, en la Galería Bonino, un espacio referencial para el estudio del arte no objetivo en Latinoamérica. Aunque la obra de Darie no ha logrado arribar a tiempo, el grupo madista, incluyen en las páginas del catálogo la imagen de la “Estructura transformable” de Darie, así como su nombre en el listado de expositores, en un gesto que demuestra la importancia que conceden estos artistas y pensadores a una obra totalmente implicada en la estética de su movimiento.
A finales de 1955, una exposición dibujos Madí en Galleria Numero, de Florencia, muestra también en su listado a Darie como parte de la representación de artistas Madí. En sus palabras al catálogo, el artista, fotógrafo y periodista italiano Oreste Borri[8] cita un fragmento del manifiesto publicado en la revista Arte Madí en 1952:
“Auguramos la invención de una nueva geometría cinética… la pintura articulada… color en planos cinéticos… contra el estatismo del arte abstracto-concreto… contra la literatura discursiva…e l misterio no existe…”.
Borri comenta el cumplimiento de esta frase, más bien promesa de Madí, con una única palabra, una reafirmación contundente: Infatti[9].
Su crónica expresa su agrado, su sorpresa, la revelación de universalidad que descubre en Madí:
“Por primera vez en Italia, creo, tenemos la posibilidad de tener las obras de Madí ante nuestros ojos y por esto debemos estar todavía agradecidos a NUMERO que nos permite estar informados de todo lo que está brotando en varias latitudes.
Y esta vez los Madí no bromean”.
Y en 1958, Gallerie Denise René, aquel espacio de consagración que generó la antológica muestra Le Mouvement tres años antes, acoge también las propuestas madistas. Entre las obras en exposición se hallan, como arte Madí, las “Estructuras transformables” de Sandu Darie. La promesa Madí de universalidad de un lenguaje creado por y para el arte alcanza un punto muy alto en ese lustro.
Entre la correspondencia conservada por el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, se conserva el borrador de una carta que Darie dirigió a Kosice en julio de 1958 donde con manifiesto entusiasmo dice:
“Querido Kosice
Contesto a su carta de 29 de junio 1958 deseandole (sic) el mayor éxito en el logro de su propósito.
Considéreme suscriptor de su próximo libro.
El mismo día me llegó una carta de un amigo que vive en USA, el cual me envía su magnífico artículo publicado (…) sobre el gran Michel Seuphor. Felicidades.
El mundo se pone chico, las ideas viajan con la velocidad de Sputnic (sic)”.
De manera inesperada, el epistolario entre Darie y Kosice conservado por el Museo de Bellas Artes habanero, donde el crescendo de ideas y proyectos conjuntos parece indetenible, concluye muy poco tiempo después, en noviembre de 1959, de manera que podría considerarse abrupta, con una lacónica postal de Kosice a Darie en la que el líder Madí dice a su colega:
“Querido Darie Gracias por tus conceptos sobre Geocultura… Te envío toda mi amistad a ti y a tu mujer. Espero trabajar y exponer en París. ¡Adelante con tu pintura!
Te abraza, Kosice”
Extraño mensaje que suena a despedida, que parece callar más de lo que dice. Extraño final para cerrar una década de entusiastas propósitos y sueños de unión y universalidad. Pero sobre todo, conceptualmente inexplicable, teniendo en cuenta que tanto Kosice como Darie siguieron adelante y confluyeron hasta el final en un mismo empeño de construir la obra de arte total, en la determinación del espacio y lograr la comunión arte y sociedad.
_______
Notas.
[1] Publicado en el número 0 (1947) de la revista Arte Madí Universal, aunque fue presentado oralmente y en el programa de la Primera Exposición Madí en la Galería Van Riel en agosto de 1946, donde se lanzó formalmente la propuesta del grupo.
[2] Arte Madí. Edición facsimilar / Gyula Kosice; con prólogo de Liana Wenner. Primera edición. Buenos Aires: Biblioteca Nacional, 2014, p. 11.
[3] Una breve introducción sobre estos primeros momentos de la relación epistolar de Darie con los madistas está exquisitamente reseñada por el investigador cubano Osbel Suárez en su ensayo para el catálogo La isla concreta: abstração geométrica em Cuba, publicado en Brasil en 2016.
[4] Arte Madí. Edición facsimilar / Gyula Kosice; con prólogo de Liana Wenner. – 1a ed. – Buenos Aires: Biblioteca Nacional, 2014, p. 95.
[5] Idem, p. 140.
[6] De Kosice a Darie. Carta sin fecha, con sello postal estampado el 6 de agosto de 1951.
[7] Sandu Darie / Martínez Pedro. Pabellón de Ciencias Sociales de la Universidad de La Habana, sin embargo, había estado precedida por la exposición Sandu Darie, Estructuras pictóricas, en el Lyceum and Lawn Tennis Club, en 1950, la cual sí es, probablemente, la primera exposición de arte concreto en Cuba.
[8] Oreste Borri (1920-2010) Poeta, pintor, fotógrafo y periodista florentino, estuvo vinculado a la revista Numero como director organizativo y posteriormente a la galería Número.
[9] En efecto (traducción de la autora).
_______
Epistolario Sandu Darie – Gyula Kosice (1949-1958)
















Responder