Aries M. Cañellas Cabrera: Economía y rearme / El presupuesto militar en el origen del totalitarismo cubano

El incremento sostenido del gasto militar es una constante en los regímenes totalitarios. Constituye un medio de control interno arropado en pretextos de defensa nacional ante supuestos ataques externos. Su crecimiento exponencial indica la centralización del poder por un reducido grupo. Un estado militarmente fuerte, estará siempre en condiciones de efectuar campañas de represión internas.
En la serie de artículos anteriores, hemos mostrado cómo se fue afianzando jurídicamente el totalitarismo en Cuba. Los procesos que analizamos a continuación, ocurrieron a la par y muestran cómo, desde el comienzo, la economía cubana debió plegarse a las necesidades políticas del núcleo de poder y quedó a merced del fortalecimiento de la casta militar. El objetivo de este artículo es analizar cómo el gasto militar terminó de consolidar las bases del poder totalitario a partir de la opacidad en las decisiones y el descontrol popular sobre gastos y presupuestos.
I.
La Ley no. 6, del 12 de enero, prorrogó para el primer trimestre de 1959 los presupuestos de la nación que el régimen de Batista había aprobado en 1958. Esta decisión se explica por la urgencia de garantizar la continuidad del funcionamiento del Estado y el cumplimiento de las obligaciones ya contraídas.

Dichos presupuestos, como se observa en la figura anterior, eran de 30 512 929.68 de pesos para el ordinario, y 55 391 470,49 para el extraordinario. Un somero análisis revela a un estado sobre-endeudado, con dos preocupaciones fundamentales, saldar sus deudas y mantener los compromisos sociales básicos ―Educación era el segundo presupuesto mayor―, que le permitieran sostener el orden institucional y la seguridad (Poder judicial y Defensa eran las tercera y cuarta mayores partidas, respectivamente).
El relativamente bajo presupuesto militar consignado contradecía la existencia de un estado de guerra civil que databa ya de dos años; no obstante, el elevado monto de la deuda podría indicar que la mayoría de los gastos del conflicto se saldaban mediante préstamos de emergencia. A su vez, las elevadas cifras extraordinarias de Educación, Salubridad, Obras Públicas etc. sugieren que muchos créditos de Defensa se camuflaban en otras partidas.
Este presupuesto ordinario ―con pequeñísimos cambios― sería prorrogado por el Gobierno Revolucionario durante tres meses más, hasta junio, mediante la Ley 178, del 31 de marzo de 1959.
En anterior artículo explicamos que, desde febrero de 1959, una delegación del Partido Socialista Popular (PSP) había iniciado gestiones para la compra de armas en Checoslovaquia, negociaciones que se remontaban a 1958. A estas solicitudes se les dio rápida continuidad, como demuestra la aprobación de la Ley 172, del 20 de marzo, que concedió un crédito de 1 200 582 pesos (Figura 2) al recién creado Cuerpo de Infantería de Marina, de los cuales el 68% se destinó a la compra de embarcaciones.
Era necesario comprar armas y, asimismo, contar con los medios para trasladar de forma segura, controlada y clasificada, toda la infraestructura militar adquirida. En esa dirección se entienden las negociaciones de Víctor Pina Cardoso para obtener aviones civiles que cubrieran rutas directas a Praga, en vez de las líneas existentes, que volaban por París.
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