Hay que ser caradura para, luego de ejercer durante décadas la coacción más descarada contra quienes no comulgan con el discurso oficial, venir ahora a acusar de chantajistas a los jóvenes artistas, criados con la Revolución, que se atreven a reclamar sus derechos ciudadanos. Desde aquellas célebres y multicitadas palabras de Fidel Castro a los intelectuales, la política cultural de la Revolución cubana no ha sido otra cosa que una escuela de chantaje. Para seguir leyendo…
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