FreeCinema: ‘Ella’ / Theodor Christensen
Aquí les va Ella (1964) de Theodor Christensen. Uno de esos documentales –mitad políticos, mitad didácticos– sobre la emancipación y los prejuicios en torno a la relación sociedad-mujer en Cuba.
A propósito de su documental, el danés Christesen ha dicho:
«La idea del film es la de indagar en el estilo y en las características de vida de la mujer cubana buscando comprender su situación en la sociedad actual. Para lograr esto he tenido que utilizar métodos distintos: entrevistas, reportajes y escenas dramatizadas. Estas últimas no se han realizado con actores, excepto en un solo caso cuando los muestro como tales en la Escuela de Instructores de Arte y en la Escuela de Arte Dramático de Las Villas.
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Dije ya que, con respecto a la forma, el film es una mezcla de estas entrevistas de reportajes y de escenas dramatizadas.
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Toda la forma del film viene en la edición uniendo estos tres tipos: entrevistas, escenas dramatizadas y reportajes. Y en relación con la forma también se podría decir que el film no trata de dar la impresión usual de que todo es natural. Lo que quiero decir es esto: en una filmación a todos les dicen: “No miren para la cámara, etc” y yo les digo que miren a la cámara si quieren. No pretendo que sea natural. Confieso que es un film, y a ratos miran a la cámara y se sonríen y después contestan que “a veces hay prejuicios”. Uso el “free cinema” en los reportajes y a veces también en las escenas dramatizadas.
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El cine documental cubano tiene grandes posibilidades y ya ha logrado buenos films, no hay duda de eso. Lo tienen todo: el pueblo, la Revolución, el cambio de vida, la libertad de hacer las cosas. Simplemente les queda una sola cosa, y eso es hacerlo. Muchos de los documentales cubanos son muy buenos, algunos extremadamente buenos, bien observados y penetran en el tema. Pero muchos de ellos luchan contra grandes dificultades, lo mismo en el enfoque de la realidad que en lo que se refiere a la forma. No tengo duda de que superarán ambas cosas. No debe darse demasiado énfasis a la forma, porque los que así lo hacen caen en la trampa de decir: “Bueno, no es interesante hacer esto porque es propaganda”. Y propaganda no es una mala palabra en documental, ya que todo documental es propaganda. Si toman esta actitud en verdad perderán el contacto con la realidad, ese contacto con la realidad, ese contacto es la mejor y más importante fuente de inspiración, porque ahí es donde está la interrelación de las cosas. Todo tiene relación, nada se puede separar, nunca se puede hablar de una forma que tenga contenido; y es tonto, completamente estúpido, pensar en un contenido que no tenga forma. De modo que ambos extremos están equivocados.
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El desarrollo hacia el cine de ficción en Cuba no debe ser acompañado por un desprecio del documental. Se necesitan los métodos del documental en el cine de ficción. La perfección en cuanto al cine de historia convencional sólo haría convencional al cine cubano. Hoy es importante aprender la lección del enfoque documental y usarlo en películas de ficción, en vez de tratar de competir con cualquier otro país presentando historias convencionales. El cine de ficción representa un peligro cada vez que un director joven y entrenado en documentales hace la prueba en este nuevo campo. Hay una fuerza abrumadora de irrealidad en el film de historia convencional e incluso pesa sobre jóvenes que son rebeldes artísticamente. Es importante retener la frescura del enfoque cubano en el cine de ficción, no permitir que se endurezca, se petrifique, con las malas maneras del film de historia. La esencia de este consejo trata solamente de advertir que no abandonen el documental. Yo sé que no harán eso. Mi conclusión es ésta: creo estar absolutamente en lo cierto sobre las posibilidades del cine documental cubano»*.
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