Octavio Armand: Superficies [1980]

Aunque de manera espurea, ya que no se vendió ni entró en ningún plan editorial, Superficies (1980), del gran Octavio Armand, fue el único de sus libros al que tuvimos acceso en Cuba los que éramos jóvenes allá por los años 90.
Así que gloria eterna a aquellas copiosas miniferias que organizaba Monte Avila en la Biblioteca Nacional de Cuba y, gloria eterna, a todos aquellos que lograron ir extrayendo –con nocturnidad y lujuria–, de la biblioteca, el catálogo entero de la extraordinaria editorial.
«Propongo una hipérbole. Maté a Lezama leyendo; Lorenzo mató a Lezama escribendo [sic]. Los dos lo matamos no conversando. Como si en realidad pudiera haber cierta culpabilidad, ni Lorenzo ni yo reímos. Nada. Silencio que no dice nada, que lo dice todo. Falange/ falangina/ falangeta. Ateta/ ateta/ ateta. Nuestra conversación, nuestro pequeño homenaje, termina –no termina pues no comienza– como dolor y complicidad».
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