Roberto Ruiz Rebo: Entrevista a Jorge Luis Arcos / ‘La imaginación poética es la realidad’

Autores | Premios Kafka | 29 de junio de 2025
©Jorge Luis Arcos / Imagen de María Esther Painefil

La historia de esta entrevista está conectada con el escritor Froilán Escobar, pues cuando comencé a trabajar en el proyecto de este libro de entrevistas, consulté con algunos amigos acerca de los posibles entrevistados. ––Creo que Jorge Luis Arcos la Rosa sería una excelente elección ––me sugirió Froilán. En ese momento me sorprendí, y me encantó la idea. Arcos La Rosa es un importante poeta y crítico cubano, y contar con su colaboración me parecía relevante. Hace algunos años había leído excelentes trabajos ensayísticos sobre José Lezama Lima y Fina García Marruz escritos por él, había encontrado algo de su poesía en algunas publicaciones cubanas, y conocía de su prestigio y autoridad entre los intelectuales de mi país.  Pero, no tenía contacto con el escritor. ––Puedo ayudarte a contactarlo –– me dijo Froilán–– Si él acepta te contestará de inmediato. Así fue, cuando menos lo esperaba, recibí respuesta de Arcos a un email que le había enviado explicándole mi propósito. Y debo decir que la comunicación fue diáfana y dentro del gracejo y el espíritu criollo con que nos caracterizamos los cubanos.

Licenciado en Lengua y literaturas Hispánicas por la Facultad de Arte y Letras de la Universidad de la Habana, Jorge Luis Arcos vive en San Carlos de Bariloche, Río Negro, en Argentina, donde fue a parar desde el año 2010, luego de residir por varios años en Madrid a donde llegó en el año 2004 y obtuvo el título de Doctor en la Universidad Complutense.

En Cuba, fue profesor de literatura cubana y universal en la Facultad de Artes Escénica del Instituto Superior de Artes en la Habana, y fue también profesor adjunto en la Universidad de la Habana, entre otras importantes instituciones donde ejerció la docencia. Realizó una extensa y fructífera labor como crítico y ensayista, de la cual dan cuenta sus libros En torno a la obra poética de Fina García Marruz, Premios UNEAC y de la Crítica en 1990.  La solución unitivaSobre el pensamiento poético de Lezama Lima (Premio La Razón. La Habana,1990), así como otros galardones que validan su prestigio como escritor. Y por si fuera poco, publicó poemarios como Conversación con un rostro nevado (La Habana, 1993) que recibió el Premio Luis Rogelio Nogueras, y De los ínferos, que obtuvo el Premio Internacional de Poesía Rafael Pocaterra del Ateneo de Valencia en 1999.

En Madrid, publicó sus libros:  La Cuba secreta y otros ensayos en 1997; luego, ya residiendo en Bariloche, vio la luz su ensayo-crítico La poética de Lorenzo García Vega en 2012. En el año 2023, la plataforma InCubadora otorgó a nuestro entrevistado el Premio Franz Kafka de Ensayo / Testimonio, por su libro El Castigo. Cartas cruzadas con Lorenzo García Vega y otros textos, o cómo se (re)construye (imagina) un canon, donde aborda las complejidades de las relaciones dentro del contexto cubano.

En su labor como crítico y ensayista, Arcos la Rosa ha investigado las raíces de la literatura y la cultura cubanas y ha indagado en el quehacer de figuras emblemáticas como Roberto Fernández Retamar, Fina García-Marruz, Raúl Hernández Novás, Jorge Mañach, José Kozer y María Zambrano, entre otras. Ha colaborado en publicaciones como Casa de las Américas, Unión, Temas y Encuentro de la Cultura Cubana

Desde 2010 se desempeña como Profesor Adjunto de la Universidad Nacional de Río Negro en Bariloche donde imparte las materias Introducción a los Estudios Literarios, Literatura española y Literatura Latinoamericana.

La labor intelectual de Arcos la Rosa es vasta y sus méritos no cabrían en esta breve nota de presentación, su enorme contribución ha dejado ya una honda huella en la literatura y la cultura cubana e hispanoamericana.

Muchos te han considerado uno de los más importantes ensayistas cubanos de los últimos tiempos por tus investigaciones y análisis de las figuras más relevantes de la cultura cubana en el siglo XX, ¿cómo te inicias en el arte de escribir, y por qué el ensayo, la crítica y la poesía han sido tus vehículos dentro de tu labor creativa?

Mi primera vocación fue la filosofía; leyendo a Nietzsche, saltaba de los escritores que él elogiaba a ellos, a sus libros. Además, Nietzsche escribía poesía. Para mí, cada vez más la poesía es una forma del ensayo: pensamiento poético, pues la poesía acaece y es indecible. El ensayo es una forma intermedia entre la poesía y el pensamiento. De ahí que la intertextualidad poética sea mi forma natural ya no de escribir sino de percibir la realidad, de decirla.

En 1994, publicas tu ensayo Orígenes, la pobreza radiante, en el que examinas el quehacer literario del grupo Orígenes y la obra de su figura central, el escritor José Lezama Lima. ¿Cuáles fueron las características más sobresalientes de ese grupo de escritores, y por qué ese título al estudio de una vanguardia de las letras cubanas?

Ya he escrito mucho sobre ello. Precisamente Orígenes es el movimiento poético cubano que hace de la poesía una cosmovisión, de ahí mi devoción por María Zambrano: su razón poética. La lectura de Filosofía y poesía, de la sibila de Málaga, fue primordial para mí. Creo como Steiner que son la filosofía y la poesía los dos pilares de la sabiduría. La pobreza irradiante es un despegue desde la nada, desde lo desconocido, pero ya lo dijo Lezama mejor que yo en «a partir de la poesía».

¿Qué resultado trajo el origenismo para el desarrollo de la literatura cubana? ¿Crees que, en Cuba, las generaciones siguientes tuvieron suficiente impacto de los origenistas?

La poesía quiere estática penetrar, escribió Vitier. Es la forma en que la imaginación piensa el Universo y a través de ella se piensa a sí mismo. El legado de Orígenes es permanente entonces.  

Por lo general, los críticos no son tan populares como otros escritores, sin embargo, tienen asegurado un público de gran conocimiento. Algunos críticos como Cintio Vitier, Lezama Lima y Fina García Marruz, no solo han ayudado al conocimiento de la literatura y la cultura cubana, sino también al entendimiento de Latinoamérica. ¿En tu caso, te sientes suficientemente conocido por el lector cubano dentro y fuera de Cuba?

Me basta con que me lean algunos escritores que admiro. Hace poco se presentó El Castigo en Cuba. Fue una gran alegría para mí, simbólicamente, porque estoy desterrado, ya no solo exiliado. En cierto modo mi patria es la lengua. El resto es selva, como decía Paz. Creo que la imaginación poética (siempre lo es) es la realidad. Una realidad daimónica, como nosotros mismos. Nosotros también somos daimónicos, escribe Patrick Harpur. Y es en la poesía donde lo daimónico se presenta más claramente, me dice en una carta que me escribió García Vega.

Tu «novela» El Castigo. Cartas cruzadas con Lorenzo García Vega y otros textos, o cómo se (re)construye (imagina) un canon, recibió el Premio Franz Kafka de Ensayo / Testimonio en el 2023, y ha sido elogiada por su estructura no solo inusual, sino caprichosa. ¿Qué te propusiste con esas historias que cuentas en ella?

En El castigo me propuse ofrecer el testimonio de una gran amistad entre Lorenzo García Vega, Enrique Saínz, Antonio José Ponte y yo. Ricardo Piglia decía que toda crítica es autobiográfica y también que el genio es la invalidez. Entonces ese testimonio devolvía a Lorenzo al canon insular del que había sido excluido y también lo insertaba dentro del latinoamericano. No es ese libro una invención de Lorenzo, como dice Duanel Díaz, sino hacer justicia poética. La invención es la de Duanel mismo, si es que él existe. Si existe como un crítico literalista, pseudo-marxista, que no tiene imaginación, que solo atiende a los datos fácticos y que revela su incapacidad radical para reconocer una singularidad. El libro es un testimonio de vida, de un sentir originario, como diría María Zambrano. Un libro sin principio ni fin. Lo ambivalente, lo aleatorio, lo híbrido, lo heterogéneo, lo daimónico es su centro laberíntico. No mueras sin laberinto pensó inicialmente titular Lorenzo a sus memorias El oficio de perder.

©Cubierta de ‘El castigo’

A veces emigrar resulta un desgarrón en el proyecto de vida, pero luego uno se reinventa como en mi caso, y el país de donde uno emigra se vuelve un inquilino en nuestra vida… ¿Qué significa emigrar para un escritor cuya obra tiene sus principales raíces dentro de su país, como en tu caso?

María Zambrano, decía que el exilio era su patria desconocida. Creo lo mismo. Todo hombre es un esencial emigrado, decía Vitier. Pero el desgarrón es iniciático. Es una transfiguración interior. Un rito de paso esencial.

En el año 2021 hubo un gran estallido social en Cuba en el que muchos jóvenes intelectuales y artistas tuvieron un protagonismo importante; conozco algunos de gran talento, sin embargo, la reacción de la UNEAC y la Asociación Hermanos Saíz fue de condena. Algunos me han dicho que esos artistas no tenían ni tienen representatividad, significando con ello, que no eran miembros de ninguna institución del gobierno, lo cual no es cierto, como es el caso del teatrista Yunior García Aguilera. ¿Cómo ves el papel del escritor dentro de la sociedad en que vive y desarrolla su trabajo?

Cuba está dominada, maniatada, por unos gánsteres que tomaron el poder en 1959. Es una dictadura atroz. No creo que haga falta más comentarios.

Todos los cubanos conocemos la existencia de Martí porque ha sido una figura que desde que nacimos está a la vista, sin embargo, en los últimos tiempos tengo la impresión de que es una figura manipulada y a veces preterida. ¿Como ves el pensamiento martiano en el panorama cubano de estos tiempos?

Martí fue manipulado siempre desde antes de la llamada revolución. Es un mito y los mitos son inderrotables. Existen siempre. No tienen principio ni final. 

Hay quienes piensan que Cuba necesita un mecenazgo para librarse de la tiranía de los Castro y el partido comunista. ¿Crees que la salvación de Cuba está en otras manos que no sean las nuestras?

Lo ideal es que sea por nuestras propias manos, pero ya a estas alturas no me importa la vía, lo importantes es que sea libre de una vez.

Pese a la decrepitud del sistema y el poder en Cuba, aún se mantienen en pie los principales puntales de la dictadura, muchos años después de la desintegración de la Union Soviética y la caída del Muro de Berlín. ¿Cuáles crees que sean las causas de esa permanencia, y que características a tu entender tiene el poder en Cuba que no ha corrido la suerte de sus pares?

Es una dictadura muy sofisticada. Ha destruido la psiquis de sus habitantes.

¿Cómo ves la salud de la literatura y la cultura cubana en el exilio?

Poderosa. El exilio activa la imaginación creadora. Y renacer dentro de la vida es primordial. Incipit vita nova, decía el Dante y la Zambrano.

Como se sabe asistimos a una época de una profunda crisis donde los cambios y transformaciones están marcados y acelerados por el desarrollo de las tecnologías. En este momento, el surgimiento de un nuevo gobierno en los EEUU tiene preocupados a muchos en el mundo. ¿Piensas que vamos hacia adelante o que vamos a una debacle absoluta de todo lo que hasta ahora ha creado la humanidad como piensan algunos?

No lo creo: creo que la imaginación salvará a la humanidad, porque la humanidad es el resultado de la imaginación del Universo.