Aglutinador: Mi mundo es = al mundo / ‘La paz, para poder izar una bandera’ / La hija de Elpidia [Nota: Sandra Ceballos]

Indudablemente si se habla de «clinical-art» hay que citar esta performance de Nurys Rodríguez, «La hija de Elpidia». En este caso se patentiza una relación madre e hija en discordia generacional o sentimental o emocional o (…..) y patológica: si quieres sanar toca la llaga y si la vas tocar, hazlo bien.
Chago Armada (artista visual cubano ya fallecido) aparte de una fabulosa obra referente de muchos artistas posteriores, nos legó también ideas y conceptos muy vanguardistas, como el término el «amorodio», como una sola palabra.
Esta acción o performance de La hija de Elpidia, titulada «La paz, para poder izar una bandera», es un conjunto de sentimientos brutales de amorodio: disformes, antagónicos y a la vez complementarios, que merecen esclarecerse concienzudamente mediante la praxis. Valiente el que lo hace sin terapeuta y utilizando como herramienta el arte.
Aunque esa catarsis sea sólo una metástasis del conflicto, desde el momento en que se localiza este, se concientiza y se expone el núcleo impúdicamente, comienza la verdadera curación.
Este es el renacimiento de la carrera de una artista transgresora que ha despuntado con la madurez de un profesional.
En las performances del arte contemporáneo se pueden apreciar más comúnmente entre los «artistas al borde», las catarsis mediante autocastigo físico, laceraciones o el coqueteo con el peligro (respetando sus referentes, los pioneros en estas acciones como Gina Pane y Chris Burden entre otros) que los que hurgan más en el zumo mental, con una avanzada y desangrada semiótica.
Parece más sencillo pero no es para nada simple.
Los artistas como Nurys Rodríguez (La Habana, 1999), mediante sus obras, también se flagelan para avanzar, descarnan la llaga y luego sienten el alivio, aunque no una curación total. Para lograr esa curación se requiere de una palabra/acción más difícil de pronunciar y de asumir: «te perdono».
Nurys Rodríguez, «La paz, para poder izar una bandera».
[Performance]
Necesitábamos una tregua, luego de largos años de batalla entre madre e hija. Ambas pensamos que es por la pesadez del agua y la contracorriente.
Esta performance es en colaboración con mi madre Elpidia Rodríguez.
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