Dennys Matos: Jesús Selgas / Marielito, artista (gay) y sujeto diaspórico del arte cubano

Artes visuales | 22 de diciembre de 2025
©Selgas, ‘Virgen de La Caridad con tres marielitos’, 1987. Donación de la Colección Andrés Fernández al artista / Cortesía

En la Cuba de los años setenta, Jesús Selgas (Cuba, 1951) encarna digamos una tipología sociológica de artista dentro del campo de producción del arte contemporáneo cubano. Esto es joven formado gratuitamente –como muchos otros de su generación– en las instituciones creadas por la Revolución –alumno de Antonia Eiriz (Cuba,1929-Estados Unidos, 1991)–, integrado a un circuito de escuelas de arte y diseño que pretendía encarnar la utopía cultural del nuevo régimen.

También en esa Cuba de los años setenta la Revolución, a la que habían apoyado la mayoría de la sociedad y la cultura cubana contra la dictadura de Fulgencio Batista (Cuba, 1901-España, 1973), había derivado francamente en un estado totalitario. Así lo confirma explícita y específicamente en el orden artístico cultural la Declaración del Primer Congreso Nacional de Educación y Cultural de La Habana en 1971. “Los medios culturales no pueden servir de marco a la proliferación de falsos intelectuales que pretenden convertir el esnobismo, la extravagancia, el homosexualismo y demás aberraciones sociales en expresiones del arte revolucionario alejados de las masas y del espíritu revolucionario”. (Política Cultural de la Revolución (Documentos). Ed. Ciencias Sociales, La Habana, pág., 52).

No es extraño entonces que Selgas, habiendo mostrado su disidencia política, pero también su homosexualidad, fuera repudiado por ese mismo sistema bajo el cual se había formado. Después vendría el exilio, reconfigurándose como uno de los rostros más visibles de la Generación del Mariel, esbozada en Mariel 20 Years Later (Nabuc Gallery, 2000). Muestra colectiva donde aparece una profusa lista de “Cuban artist from the Mariel exodus”, que incluye a Jesús Selgas junto a, entre otros, Carlos Alfonzo, Ernesto Briel y Juan Boza.

En la presente muestra Selgas Esencial, curada por Jesús Rosado y Gustavo Valdés, hay de todo, dentro de un período que abarca, de manera muy sintetizada, más de cuatro décadas. Este período va desde una obra como Self-portrait with Star and Boat, fechada en 1983, o Virgen de La Caridad con tres marielitos, (1985) hasta la etapa más actual con la pintura Fuga y destino, 2025. En ese recorrido está la biografía de Selgas narrada en clave de historia personal ficcionada, en lo discursivo y, en lo poético, está una presencia pictórica con un lenguaje de índice neofigurativo expandido como característica fundamental de sus registros expresivos. Pero es una neo figuración extraña, cuyo relato discurre sobre la superposición de diversos códigos que reinterpretan las fuentes históricas del lenguaje neo figurativo.

Por ejemplo, Virgen de La Caridad con tres marielitos, 1987, es una obra jalonada por cierto fauvismo en la sencillez expresiva de las figuras. Se ha destilado cualquier indicio de estetización pictórica. En su lugar, Selgas acude a reinterpretar el imaginario del arte popular, siluetas primitivistas amorfas, colores planos como desteñidos, transmitiendo un aura añeja y “rustica”, casi kitsch de un episodio sagrado. Un episodio donde lo culto, cita del retablo pictórico barroco, y lo popular como elaboración primaria de mito, se encuentran en un punto de fuga que cuaja en una imagen totémica sobre la “Virgen de la caridad cubana”.

En cambio, en obras como My Fortune Teller, o en Lazos familiares, ambas de 1995, ese primitivismo se trastoca en una neo figuración de estirpe neo realista. Hay una voluntad más académica en el tratamiento de las figuras y los fondos con alusiones al barroco español de Velázquez, como sucede en, por ejemplo, Fuga y destino, 2025. Y esta interpretación del lenguaje neofigurativo tiene otro momento, anterior a las que hemos tratado, en una obra como Self-portrait with Star and Boat, 1983. Aquí la sintaxis pictórica se desplaza hacia la gramática del pop art.

Lo cotidiano, la corporalidad como objeto de una vida mecánica cobra vida en las contorsiones que juegan con iconografía del barco de papel al modo de fábula infantil. Entre estas dos líneas neo figurativas de expresión, emerge una obra como Escape from Red Paradise, 1985. Pintura que asombra por su economía de lenguaje, que sintetiza todas las ambiciones de lenguaje neofigurativo de Selgas.

Esos cuerpos desnudos encontrados al mismo tiempo que se despiden, que arrancan proyectándose hacia un vacío, cuya inclinación parece hacerles caer, tienen un expresionismo contenido, una energía que va a explotar en cualquier momento.

©Selgas, “La Habana para una Infanta difunta V”, 2002. Colección del artista: Nueva York.

En este sentido, la escultura instalativa La Habana para una infanta difunta V, 2002, que hace referencia a la novela La Habana para un infante difunto (1979) de Guillermo Cabrera Infante (Cuba, 1929-Reino Unido, 2005), Premio Cervantes de Literatura (1997), revela también una especie de epifanía. Máquina de coser desmantelada, sobre cuyo cuerpo se ha posado un objeto mitad vestido, mitad esqueleto corsé de un vestuario cortesano. Todas estas obras, con sus simbologías de lazos de tela blanca “atando” la cabeza de cuerpos contrapuestos, con los surcos de lágrimas empatando distintos rostros, o la evocación de la vida a través de un objeto, vuelan hacia una iconografía que buscan una conexión afectiva profunda, que bucean en el recuerdo evocador (sin dejar de destilar extrañamiento) del reencuentro con un habitar existencial frágil y familiar que ya ha desaparecido.

___________

Publicación fuente El Nuevo Herald