Gilberto Padilla: ·Kodama, el plagio y Cuba·

Actualidades | Autores | Libros | Memoria | 16 de julio de 2015

Edorexia

¿Qué haría la Kodama si alguien en Cuba resolviera “engordar”, pongamos, “Funes, el memorioso”?, ¿a quién apelaría en este territorio de nadie que todo lo transforma en caricatura? Imagino a María Kodama y a Bárbara Jacobs, la viuda de Augusto Monterroso, por los pasillos del Ministerio Cubano de Justicia con una larga lista de plagiarios. La viuda de Monterroso interpelando a María Esther Reus: “¿A usted esto no le parece una falta de respeto?”, y acto seguido lee: “Cuando despertó, la erección todavía estaba ahí” (“Minifalda”, de Diusmel Machado); o este otro: “Cuando el dinosaurio despertó… se vio ya en todos los museos” (“Cronológico”, de Leandro E. Hidalgo). Sigo: “Cuando despertó, ni el dinosaurio, ni sus zapatos, estaban allí” (“Dinosaurio + resaca”, de Raciel R. Prat). Este vendría muy bien para la nueva embajada cubana en Washington: “Cuando despertó, el Capitalismo todavía estaba ahí”. Para seguir leyendo…