La comunidad china ha ido mermando en la Isla. De este modo, son pocos los entierros que se hacen anualmente (de manera exclusiva tienen derecho los nacionales chinos, sus cónyuges y sus descendientes hasta la segunda generación). Pero aun cuando ya el cementerio deje de tener uso, sus puertas debieran mantenerse abiertas como una prueba de la fuerte inmigración del país asiático en la Isla. Para seguir leyendo…
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