El Gobierno cubano se sostiene a golpe de represión y de cargar a la población con un shock económico y social sostenido “de baja intensidad” desde 1990: disminución de los indicadores sociales y económicos de manera abrupta por el fin de los subsidios soviéticos, el mantenimiento de la precariedad económica-social que no logra recuperar los indicadores modestos de los años 80, disminuir la información pública con un “apagón estadístico”sobre los datos de desigualdad y pobreza y asimismo, aumentar la represión política al descontento popular por la crisis contra todos los sectores sociales: Maestros, profesores, estudiantes universitarios, campesinos, juristas, economistas, dramaturgos, cineastas, y al movimiento obrero independiente y cuentapropistas. Para seguir leyendo…
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