En su editorial, La Huella Sonora, Santiago Auserón acaba de publicar Semilla del son. Un librito demasiado breve —44 páginas— pero deslumbrante, que comienza con su viaje turístico a Cuba en 1984. Entre la escasa oferta de fonogramas, encuentra “un casetico” del Guayabero, un sonero picaresco al que, años después, localiza en su Holguín natal.
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