Cualquiera de las fotos emblemáticas de la Revolución trae consigo una pequeña “mitología”. Cincuenta años después, historiadores y comentaristas no se ponen de acuerdo sobre cómo fue que llegó la paloma a posarse sobre aquella chaqueta verdeolivo. Las diferentes versiones van desde la teoría del “punto más alto” (los seis-pies-dos-pulgadas del orador) hasta una dieta de perdigones de plomo para impedir que los pájaros ganaran demasiada altura. Se ha mencionado incluso la asesoría de un experto colombófilo, que habría untado feromonas de palomo al chaleco para crear un efecto previamente estudiado en la multitud. La más difundida es la versión del periodista Luis Ortega, quien asegura que todo fue una escena preparada por Luis Conte Agüero, secretario general del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) y estrecho colaborador de Fidel en esos años, hoy en el exilio Para seguir leyendo…
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