Lydia, más que intentar comprender, quería preservar todo el caudal informativo que le proporcionaban los llamados «negros de nación». Más que sistematizar, realizó un laborioso trabajo de campo; recogía toda la información, incluso la que sabía engañosa o tergiversada si sus celosos informantes le querían cerrar el paso a los aspectos profundos de la religión que estuvieran vedados a los no iniciados. Para seguir leyendo…
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