Lo primero a tener en cuenta en cualquier análisis, es que Cuba no es, en un sentido amplio del término, plenamente occidental. Su sociedad mestiza, hedonista y crecientemente mercantilizada y trasnacional sí lo es, en cuanto a referentes culturales y, sobre todo, de realización personal y consumo. Pero su Estado —un leninismo tropicalizado— ha impuesto, por medio siglo, patrones de cultura y comportamientos políticos inéditos en la historia del hemisferio. De ahí que la mayoría de los cubanos, dentro y fuera de la Isla, no tengan como prioridad al interés y la participación públicos. Vivan en La Habana, Miami o Veracruz, son más habitantes y consumidores que ciudadanos. Para seguir leyendo…
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