En la historia de la plástica cubana, el arte abstracto llega a través de la noción del arte concreto, en específico por la obra de un pintor rumano, Sandu Darie, quien en los años cincuenta aprende una nueva síntesis de la abstracción en la pintura. Amigo del grupo MADI de los años cuarenta en la Argentina, Darie abrió un espacio en las artes vanguardistas cubanas que darían paso a la consagración de otros artistas “concretos” cubanos como Mario Carreño (en su etapa intermedia), Martínez Pedro, Wifredo Arcay, y algunos cuadros de Rafael Soriano. Para seguir leyendo…
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