Como todo totalitarismo, el sistema cubano pretende controlar la información y el silencio; la prensa y los rumores; el presente y el pasado. Ahora, ha terminado por cerrar el cerco alrededor de los recuerdos de la Cuba republicana. Solo el poder tiene derecho a evocar ese momento y, claro está, lo hace a su manera. Para seguir leyendo…
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