Si Wilfredo Prieto borra el color de las banderas en su monumental instalación Apolítico y Reynerio Tamayo, a ritmo de cómic, pinta a un Gulliver-Superman amarrado en el suelo de la Plaza de la Revolución, rodeado de cubanos portando carteles que rezan textos como: “Bienvenido compañero Gulliver” que “El Papa tiene la llave”. Podemos decir que seguimos aferrados con humor e infinitas formas de lenguaje a códigos distantes que puedan ayudar a traducirnos como nación. Para seguir leyendo…
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