Lo que nadie dice es que todo continuará igual. Los que podían entrar, seguirán entrando (¿verdad Glexys Novoa?). Y los que no, pues serán retenidos en la Aduana del aeropuerto y serán devueltos en el próximo avión, al más puro estilo James Bond, aunque con menos glamour. Para no hablar de la nacionalidad a los hijos de cubanos…. jejeje. El control es el control es el control. Y el totalitarismo, más de lo mismo. ¡Buen domingo!
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