¿Hasta cuando podemos hablar de Lunacharski sin denunciar la censura a la Bienal de la Habana? ¿Se pueden tener orgasmos troskistas recordando 1917 y espasmos vocales que acallan la solidaridad con los reprimidos? Ser de izquierda se define por la posición intelectual y práctica ante ciertos temas —diversidad sexual, equidad social, libertades públicas— antes que por la lealtad a dogmas y tótems. Si usted se regodea con homenajes a una revolución de trabajadores pero simultáneamente enmudece mientras un régimen —que, para colmo, se reclama pariente lejano de aquella revolución— reprime a trabajadores concretos del país donde vive, ¿que clase de izquierda es? Para seguir leyendo…
Responder