Hacia la mitad de la década, Ana Albertina Delgado se concentró específicamente en la correlación entre ente sexual y el papel de madre. Es una dicotomía que exploraría extensamente durante el resto de la década (Escrito en su piel, 2007), en la que ilustra esta doble función. Obras posteriores abordarían las dificultades que enfrentan las mujeres para satisfacer sus necesidades domesticas y las profesionales. Formalmente las piezas muestran cambios evidentes como el uso de una paleta mucho más brillante, en la que coexisten colores contrastantes como azules y naranjas. Para seguir leyendo…
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