En mi juventud quise ser escritor, y aunque estudié en San Alejandro por corto tiempo, nunca pensé tomar el arte en serio. Empecé pintando figuras y naturalezas muertas. Pepe [José Gómez Sicre] siempre me apoyó, incluyéndome en exposiciones de grupo. En San Alejandro aprendí algo, no mucho, de lo básico, lo elemental en el dibujo, etc. Donde en realidad tuve una buena educación fue en México. Guerrero Galván fue un buen maestro, también Rodríguez Lozano. Ambos hacían énfasis en el dibujo sólido, claramente modeladas las formas del cuerpo. Para seguir leyendo…
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