Intentaré mostrar cómo el pensamiento de Arango oscila entre la tentativa por modernizar la colonia y el esfuerzo por contener una revolución antiesclavista y democrática. Por lo primero, como sostiene Moreno Fraginals, Arango está a la altura de los economistas más avanzados de su tiempo. Por lo segundo, como quisiera demostrar aquí, se revela como un pensador reaccionario. Incluso cuando en determinado momento Arango sostiene que el sistema de plantaciones limita el desarrollo económico, su temor a una sublevación lo lleva a posponer indefinidamente cualquier proyecto abolicionista. Por paradoja, para Arango, el peligro de una revolución de esclavos es más acentuado con la abolición. Sería, como escribió «encender la hoguera que ardió en Santo Domingo». Para seguir leyendo…
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