Fernández Retamar, sempiterno director de Casa de las Américas, una institución estatal con fuerte enfoque político, primero arremetió contra Borges en la década de los años 70, para luego «reconciliarse» con él mediante la publicación de la antología. Para tal empresa se reunió con Borges un año antes de que éste falleciera y obtuvo su autorización. El diálogo de aquel encuentro en Buenos Aires, que Alonso extrae del prólogo de «Páginas escogidas de Jorge Luis Borges», refleja, por un lado, que al final de su vida el escritor argentino continuaba siendo un electrón libre y por otro que la denominada «Revolución cubana» gozaba de un histrionismo conmovedor. Para seguir leyendo…
Responder