Ningún medio local —es buen momento para recordar que Reinaldo Arenas se refería a Miami como el Mierdal— lo ha tenido en cuenta. No consigue un empleo —a pesar de ser idóneo para Rolling Stone, para GQ— que no involucre la palabra strapless. Es como enhebrar una aguja con un jamón. Y para rematar, El Estornudo —la revista de periodismo narrativo donde habitualmente escribe— ha sido censurada en la Isla. El Estado cubano orina dondequiera para marcar territorio. Como los perros. Quería que aquella madriguera de El Estornudo oliera a sus emisiones y flujos. Anular al contrario a través del olfato. Para seguir leyendo…
Responder