El desafío del artista cubano puede ser el del monólogo reiterativo. El discurso debe ser múltiple en sus contenidos como en la forma. Mi método ha sido el de viajar y moverme a contextos culturales aparentemente ajenos, distantes y experimentar allí que hacer y cómo hacer arte, usando los materiales del lugar, las técnicas y los contenidos locales, sin perder el estar en contacto con la isla. Lo cubano es algo abierto, siempre en formulación, que llevamos con nosotros a todas partes. Para seguir leyendo…
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