Aunque el Gobierno se ha ocupado en el último año de pasear a Díaz-Canel por las provincias y el general se lo ha llevado a una especie de «recorrido de despedida» por las empresas militares industriales del país, la imagen pública actual del primer vicepresidente es más bien gris. Por su parte, el canciller aparece constantemente en medios de prensa con declaraciones —siempre de línea castrista ortodoxa— y actividades; es conocido en los escenarios internacionales y, bajo su mando, el régimen ha obtenido algunos de sus triunfos diplomáticos más importantes, como el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos. Para seguir leyendo…