Cuando Fidel Castro respaldó la invasión soviética de Checoslovaquia en el verano de 1968 se inició en Cuba un acelerado proceso de abandono de los ideales de la Nueva Izquierda que daría su mayor rendimiento en 1971, con el arresto del poeta Padilla, el cierre de la revista Pensamiento Crítico y el citado Congreso de Educación y Cultura. El 68, como recordaba recientemente Todd Gitlin en The New York Review ofBooks, fue también “el año de la contrarrevolución”, de los tanques soviéticos en Checoslovaquia, de la masacre de Tlatelolco, de la guerra de Vietnam y de los asesinatos de Martin Luther King y Robert Kennedy. En aquel verano, en La Habana, como en Praga o en Memphis, ganaron los contrarrevolucionarios. Para seguir leyendo…
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