Gallo reunió materiales reciclados, máquinas y electrodomésticos deteriorados (televisores, calculadoras y más); los almacenó, los ordenó y comenzó a crear un jardín de esculturas e instalaciones que denominó El Jardín de los Afectos, para rendir homenaje al amor y al optimismo. Ha poblado este jardín, adyacente a su departamento, con todo tipo de instalaciones, que en la mente de algunos espectadores, hacen referencias a tumbas. Gallo transforma los objetos con una multitud de aforismos personales que le otorgan un nuevo sentido. Para seguir leyendo…
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