El error de incluirme en el grupo Los Onceno es tal si se conociese que se trataba de una “congregación” abierta e inclusiva de artistas identificados por su coincidencia generacional, de modo que el nombre numérico del grupo es coyuntural: a la convocatoria para la primera exhibición, a realizarse en 1953, acudirían tan sólo once expositores y así quedaría registrado. Ya no volverían a ser once, disminuirían paulatinamente los participantes en las siguientes colectivas hasta reducirse la nómina a cinco integrantes antes de su colapso en 1955. Nunca expuse con ellos por considerar mi obra incipiente, pero sí estuve muy involucrado como colaborador en sus encuentros y actividades. El protagonismo jugado por el grupo en el posicionamiento de otro concepto visual de la plástica fue determinante. Para seguir leyendo…
Responder