¿Contrarrevolucionario? ¿Gusano? ¿Contravenciones? ¿Quién localiza el territorio del arte en el mapa insular? ¿Quiénes serían las dianas de los próximos disparos? La política cultural de la revolución es tan ambigua e impredecible como el Decreto 349. Su validez radica en unir antes que separar al gremio artístico, falsamente hermanado por distintos medios y fines mediante el poder de la inconformidad. Para seguir leyendo…
Responder