No hay absolutamente nada salvable del período castrista. Si creyéramos que la «educación y la salud» son imprescindibles, estaríamos obligados a justificar la catástrofe en que se basan esos supuestos «avances». La idea de avance, con relación al castrismo, es el resultado de una operación de diversionismo histórico. Para nosotros, «prosperidad» (pro-sperare) es parte de la realidad contrafactual, otro aspecto de aquello que pudo-haber-sido. Para seguir leyendo…
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