La Habana, como ciudad que se abroquela, se cierra, se amuralla, es esencialmente barroca. Como ciudad militar y marinera, como antemural y frontera del imperio americano, es también ideológicamente una ciudad barroca, porque el barroco es la Contrarreforma, y la Reforma no es sólo el heresiarca que niega la verdadera fe sino también los herejes ingleses y holandeses que se van asentando en las islas del Caribe y en la costa atlántica de América del Norte. La Habana defiende al Imperio, defiende a la Iglesia no con oraciones y plegarias sino con cañones y soldados. Los castillos de La Fuerza, La Punta, y El Morro son más vitales para la ciudad que la Catedral o del Espíritu Santo, aunque espiritualmente no se consideren más importantes. Para seguir leyendo…
Responder