Julio Llópiz-Casal: La política (cultural) de la verdad (relativa)

La experiencia de la Revolución cubana no puede ser como un decreto, como un fenómeno que, si no es experimentado según una pauta determinada, entonces es ilegítimo y atacable. El único responsable de que, a día de hoy, la Revolución no inspire en las personas lo que inspiró en su momento de esplendor es el Gobierno cubano. El desmoronamiento, la decadencia y la corrupción de lo que un día en Cuba se exhibió con orgullo es resultado de la incapacidad política, de la intransigencia a la hora de tomar decisiones esenciales, del impedimento de participación ciudadana real en la vida nacional. Para seguir leyendo…
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