Desiderio Borroto Jr.: Yailyn de la Caridad Morales / ‘Una daga entre el sueño y la realidad’

La artista Yailyn de la Caridad Morales tiene el don de la mirada aguda: la capacidad innata y la adquirida con el oficio de restauradora para penetrar hasta en la más escayolada escenografía citadina, tanto en sus espacios abiertos como en sus destellos diminutos, cercanos muchas veces al grotesco del abandono humano. Su estética se mueve hacia un registro visual más telúrico, más estremecedor hacia los contextos que atrapa. Su fotografía no apoya al discurso positivo que es el discurso preferido del poder y las instituciones. Ella factura un discurso en negativo formalmente, o sea, las imágenes que ella devuelve al espectador buscan provocar, remover neuronas, descubrir lo muchas veces oculto y más trascendental. Sus fotografías en negativo sirven de metodología del pensamiento.
Aunque el negativo en fotografía es un término acompañante de la fotografía desde que John Herschel lo acuñó en el siglo XIX, su uso ha sido básicamente como recurso tecnológico para alcanzar un positivo deseado. El negativo fotográfico como estética creativa tiene en Cuba a Yailyn de la Caridad Morales a una de sus pioneras; sus espacios «en negativo» comparten o más bien multiplican la necesidad de posicionar ideas, de enfatizar en las dobleces del discurso positivo oficial. Sus fotos son una respuesta desde el arte al cansancio retórico de ese discurso.
Yailyn de la Caridad es fotógrafa y graduada de restauración (2012), desde el 2018 arrancó en un proceso de experimentación fotográfica y ya en 2019 se había creado un estanco estético donde la imágenes en negativo conformarían su registro visual. Ella comprendió que el negativo quedaba en la fotografía convencional como el vacío, y por lo tanto, era necesario hacer visible esas «ausencias» que cada vez se hacían más cotidianas en el entorno cubano. Sus negativos y sus secuencias visuales –también en negativo– se convirtieron en dosieres de arte y activismo (artivismo). Sus zonas captadas en «reverso», la unidad de la mirada y el pensamiento se erigieron entonces en tesis. Uno de sus aportes al arte cubano actual es el de haber logrado convertir los negativos en paideuma de la realidad visualizada en su singularidad.
Con un arsenal de imágenes y material audiovisual, en el 2021 realiza la exposición “Cuba en negativo”, muestra que expone en el estudio del artista Alejandro Ulloa. El propio título de la exposición funciona como desafío, como reto que clasifica la intención ideo-estética de la muestra y la posición cívica de la artista. Con esta exposición en un espacio alternativo, se adelanta a otros proyectos con similares intenciones que vendrán después como Green Havana, del destacado fotógrafo Leandro Feal. El negativo está ganando espacio para que lo invisible gane en visibilidad, Yailyn de la Caridad es de las destacadas en ese gremio beligerante.
En el 2020 sus negativos conquistaron la ilustración de las páginas y portada de la novela Bésame mucho de Lino García Morales; entraron en el texto en un acompañamiento coherente de ganancias recíprocas. En abril del 2023 forma parte del índice de la contundente exposición Cuba no existe, ese mismo año, en diciembre, fue la artista invitada a la exposición que el artista Alejandro Ulloa realizó en el Estudio-Galería de Ezequiel Suárez en la calle 6 entre 25 y 27, en el Vedado, un espacio de gran prestigio en el ambiente expositivo habanero.
Otra participación importante de Yailyn fue en la exposición colectiva DERRUM, que fue acogida en la residencia del fotógrafo Felco en Playa, y que en su momento actuó como un estremecimiento, una sacudida, allí las obras de Yailyn formaron parte de la tensión propuesta curatorialmente.
Las obras de la artista y fotógrafa Yailyn de la Caridad Morales vienen trazando un rumbo donde su mirada, como dijo alguna vez el poeta y pintor Fayad Jamís, se proyectan como “una daga entre el sueño y la realidad”.
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