La sociedad es un paisaje articulado para mí; un conjunto vivo que, a pesar de tener varios subgrupos, puede crear y modificar eso que llamamos identidad, cultura o nación. Asumo este fenómeno como proceso natural, que germina del producto constante de decisiones humanas y sus interacciones. Un resultado tangible, formado por elecciones que realizamos –conscientes o no– en el accionar diario. Por lo que comportamientos, modos de vestir, de hablar y entender nuestro alrededor, nos dibujan como masa, como conglomerado que comparte intereses generacionales. Y ese concepto es el que me interesa potenciar, de manera alegórica, en estas obras. Para seguir leyendo…
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