Eloy Viera Cañive: Paro estudiantil y alianzas de seguridad con Moscú

DD.HH. | 5 de junio de 2025

La saga de Etecsa continúa, pero esta vez el relato empieza a desviarse del guion que el régimen cubano habría preferido.

Los pronunciamientos de estudiantes universitarios no solo persisten, sino que se multiplican. Aunque algunos aún hablan en nombre de la FEU, otros se distancian por completo de la organización, como es el caso del reciente comunicado de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas de Cienfuegos. En paralelo, en la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana comienzan a plantearse formas de presión más contundentes: huelgas de brazos caídos y llamados a no asistir a clases hasta que sus demandas sean atendidas.

Lo más notable es que estas exigencias ya no se limitan al ámbito estudiantil. Los jóvenes empiezan a articular demandas que buscan involucrar al resto de la ciudadanía.

La respuesta institucional ya asoma: advertencias de siempre de las autoridades universitarias que aseguran que no permitirán interrupciones del curso escolar ni la «desnaturalización» de los espacios de diálogo abiertos con el Gobierno.

La situación se torna aún más preocupante cuando figuras oficialistas —como Pedro Jorge Velázquez, quien ayer pedía rectificaciones a Etecsa— hoy giran el discurso y comienzan a desacreditar las protestas estudiantiles atribuyéndolas a la supuesta manipulación de actores foráneos como la Fundación Libertad.

Se conoce de antemano cómo se construyen esos relatos en Cuba. Cuando surge una expresión de disidencia auténtica o un fenómeno que no logran controlar, el primer paso es deslegitimarlo, presentándolo como parte de una agenda extranjera y no como lo que realmente es.

Por esa razón, es fundamental prestar atención y acompañar estas expresiones que rompen el molde y se atreven a actuar con autonomía.

Vía ‘El Toque’