Nicolás Lara: Al escritor Rogelio Fabio Hurtado, que se mueve en patineta entre la base de cohetes de San Julián y el Café Colón

Archivo | Autores | 23 de junio de 2022

Hablando del poeta de San Julián,

del poeta del Café Colón

Es un trasero enorme

como cien frituras de malanga

amarradas con un cordel de colores

a veces en la noche tibia aparece,

evidentemente es un mamarracho disfrazado de mujer,

pero todos saben que es la noveletera

gótica de la televisión

Milagro:

de manejadora a amante de un comandante.

Todo eso lo escribió sentado a la hindú nuestro amigo

Don Rogelio Fabio Hurtado

que nunca quiso aceptar

su colocación u oficio

de maquillador de centauros,

que decía que lo más terrible se podía resolver

regalando una galleta grande como rueda de carreta

en una casona grande, la de las tías,

donde yo entre los extranjeros visitantes

pensamos que el hombre vestido de blanco

y de barriga singular

era el panadero de las galletas poéticas

y no un babalawo con Ogún en la cabeza

y que increíblemente según las malas lenguas

no soportaba a los negros.

No es una escenografía para una nueva película

de Miguel Coyula,

es que van a salir de G casi esquina a 23

muy cerca del restaurant El Cochinito

un poeta y su hijo

rumbo a la Yuma

vestidos con uniformes invisibles de Superman

que sólo él logra ver,

todo esto en esta ciudad italiana,

hay tanta pizza, tantos macarrones, tanto queso,

que La Habana es una ciudad italiana.

Rogelio gritó:

go, go, go, pal norte,

hijo vamos a volar

la poesía es mejor que un avión de Cubana de Aviación

¿Cómo, papa cabezón?

Así mi tesoro y abrió los brazos.

Coopere con el poeta cubano

yo vendo flores con sabor a frambuesa

yo vendo girasoles y yogurt de coco

yo tenía una mujer rubia.

Vamos a caminar hijo pegados a la copa de los árboles

para evitar los radares rusos

P-35

P-12

P-14 -Singa perro.

¿Papito de qué vamos a vivir en Miami?

Hijo de la Fe la Esperanza y unas monedas

que me ha prometido papi chulo Heberto Padilla

¿Ese no es uno que está más loco que tú?

Que tu costilla salvadora

Que tu brújula del Arca…

Café Colón tiempo cualquiera

Fabio ha salido de los electros y con sesenta centavos

en un bolsillo

pero increíblemente con la capa de Superman intacta.

Ahora es inmune a la Kriptonita.

Fabio Hurtado asociado a José Soroa,

a Miguel Águila, Condomina Mefe del Bongó Metare,

y Benjamín Ferrera, Peón Cuatro Rey Victorioso,

tienen una notaría

donde realizan las bodas más increíbles.

Julia la Quincona, karateka amoladora de navajas barberas

y graduada de constructora civil en Artes y Oficios,

y enamorada de Doña Felicita, rubiecita lectora de Julian del Casal

e hija de Babalú, caminante de todos los 17 de Diciembre a San Lazaro.

Como en una historia de televisión

la familia de la rubiecita se oponía a la Quincona

y nuestro poeta volador,

nuestro antiguo oficial de la cohetería Ruso-Cubana,

el poeta preferido de Ernesto Cardenal,

el poeta que cuando se quita los espejuelos Cintio Vitier llora de miedo,

se ofreció para simular ser el novio de Felicita

y en esa unión apócrifa

yo perdí el envase de cinco cajas de cerveza

que Felicita no me devolvió

y que además

me dijo que iba a bailar sobre mi tumba

Los detalles exactos de esta boda no los tengo yo, el poeta,

sino el enfermero del Hospital Siquiátrico Mazorra

de la Ciudad de La Habana

Un muchacho de oro, un hijo de mamá, un hijo de papá,

Un supuesto sobrino del director de deportes

R. Madrigal

Entre tanta bobería escrita y que se escribirá,

Rogelio Fabio Hurtado vivió sin rendirse

ni a los nuevos latifundistas

ni a los viejos sacristanes

Fue a Babilonia y regresó

Fue a Roma recogió su ciudadanía firmada por Tiberio y regresó.

Salió de la casa de las tías

mas que tías brujas de un poema de García Lorca

y se mudó para una accesoría cerca del Café Raúl en Marianao

con Felina una negra pedagoga

que lo quería más que a la niña de sus ojos

a vivir en la clandestinidad

lejos de “la familia”

qué más escribir qué más decir

sólo una cosa

que esta muerte que no será la última

anuncia

como diría mi amigo Roque Dalton

“Cuando te enteres de la noticia no digas que estoy muerto”

“Cuando te enteres de la noticia no digas que estoy muerto”

“Cuando te enteres de la noticia no digas que estoy muerto”