Duanel Díaz ha intuido, en sendos textos publicados unos pocos días mediante (ver aquí y aquí), que Jorge Luis Arcos y quienes parecemos, a todas luces, sus testaferros formamos parte de algo así como una cofradía o secta mistérica. Para él, nuestras visiones de relativa coincidencia, nuestras críticas –veladas o no– a su lectura de Lorenzo García Vega (o, lo que no queda muy claro, de Los años de Orígenes) que se sintetizan, parece ser, en las páginas que Arcos le ha dedicado en Kaleidoscopioresultan la evidencia de una suerte de componenda, de una conspiración en su contra. Una conspiración –esta de la que formamos parte– que incurre, nada menos, que en semejante frivolidad: pretende emitir una lectura –un juicio sobre Los años de Orígenes– amparada exclusivamente en los supuestos valores literarios de este texto. Para seguir leyendo…
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