Durante décadas el único fin parece haber sido perpetuarse en el poder. A estas alturas, no parece que haya ningún otro argumento razonable para explicar el castrismo que no sea justamente el afán de dominar y dirigir la vida de los cubanos. Y la búsqueda de la prosperidad, la estabilidad nacional, de la independencia, de la soberanía? Sea lo que sea lo que argumenten, parece ser un pretexto para un fin de ese tipo. Ahora, ese castrismo tal como lo hemos conocido se ha desdibujado, empezando por la muerte física de Fidel Castro. Toda la generación que lo propicia es ya una secta, una cúpula de octogenarios que cada día tienen menos energía física y cada día controlan menos el país. Entonces uno puede, de alguna manera, aventurar que se vienen, si no están sucediendo ya, pugnas por ese poder político entre los herederos del régimen en Cuba. Para seguir leyendo…
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