“La celda era un espacio de cuatro metros cuadrados en el que yo solo cabía en una posición diagonal. Allí solo había una meseta de mampostería y un retrete tapado con un pomo plástico para que no salieran las ratas. No tenía agua. Me daban un colchón a las 10:00 pm y me lo quitaban a las 6:00 am”. Para seguir leyendo…
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